La terapia sexual
Consistente en la resolución de posibles dificultades sexuales, así como la mejora o desarrollo de cualquier aspecto relacionado con la sexualidad de la persona.
Reducción o falta de interés en la actividad sexual, así como la ausencia o disminución de fantasías y pensamientos sexuales o eróticos. La excitación o placer sexual está ausente o reducido durante la actividad sexual. (DSM- V).
El antes conocido como “anorgasmia” trata de la inhibición recurrente o persistente del orgasmo femenino, manifestada por una ausencia o un retraso del orgasmo después de una fase de excitación sexual “normal” tanto en masturbación como en coito. (DSM- V).
El antes conocido como “vaginismo y dispareunia” trata de un marcado dolor vulvovaginal o pélvico durante las relaciones vaginales o los intentos de penetración. Así como tensión o contracción marcada de los músculos del suelo pélvico antes, durante o como resultado de la penetración vaginal. (DSM-V).
El antes conocido como “disfunción eréctil”, se caracteriza por la dificultad o imposibilidad de alcanzar o mantener una erección del pene lo bastante firme como para poder llevar a cabo una penetración y realizar el coito. (DSM-V).
Se refiere a la dificultad para eyacular en una relación sexual, que exige una estimulación o una duración del coito más prolongado de lo habitual. (DSM-V).
Se trata no controlar voluntariamente la eyaculación. El hombre eyacula durante la interacción sexual, bien antes de iniciar el coito, o bien nada más hacerlo. (DSM-V).
La persona presenta fantasías sexuales, impulsos sexuales y conducta sexual recurrentes e intensas, generando malestar a la propia persona u a otras o/y deteriorando otras áreas de su vida.
Un trastorno parafílico es una parafilia que causa malestar o deterioro en sí mismo o una parafilia cuya satisfacción conlleva un perjuicio personal o riesgo de daño a terceras personas. (La parafilia por sí misma no requiere necesariamente la intervención clínica).(DSM-V).
Consiste en el acompañamiento de personas transgénero previo y durante el proceso de cambio, y en casos donde las circunstancias hayan podido generarle malestar clínicamente significativo.