«Fui a terapia, hablé de todo… pero sigo sintiéndome mal. ¿Entonces para qué sirve?»
Es una frase más común de lo que parece. Muchas personas que buscan ayuda psicológica esperan sentirse mejor de inmediato o creen que una sola sesión debería “arreglar” lo que llevan sintiendo por semanas, meses o incluso años. Y aunque es completamente válido sentirse frustrado/a, también es importante entender qué está pasando.

La terapia no es magia (pero sí funciona)

Ir al psicólogo/a no es como ir al médico por una receta. La psicoterapia no “cura” con una pastilla, sino que implica un proceso, un trabajo conjunto entre el/la  profesional y la persona que consulta. Y como todo proceso, toma tiempo, compromiso y paciencia.

En muchos casos, lo que sientes no desaparece enseguida porque:

  1. Estás empezando a remover cosas profundas

Cuando comenzamos terapia, muchas veces abrimos puertas que habíamos mantenido cerradas por mucho tiempo. Esto puede hacer que te sientas incluso peor al principio. Pero eso no significa que no estés avanzando; al contrario, es una señal de que estás tocando temas importantes.

  1. Cambiar patrones lleva tiempo

Si has vivido durante años con pensamientos negativos, baja autoestima, ansiedad o relaciones difíciles, no es realista esperar que todo se transforme en una o dos sesiones. La terapia es como un entrenamiento emocional: se necesita constancia para que el cambio sea real y duradero.

  1. Quizás no era el/la profesional adecuado para ti

Así como no todos hacemos clic con cualquier persona, tampoco todos/as los/as psicólogos/as encajan con nosotros/as. Si no te sentiste escuchado/a, comprendido/a o seguro/a en la sesión, es totalmente válido buscar otro profesional. No es un fracaso, es parte de encontrar el apoyo que realmente necesitas.

  1. A veces esperamos soluciones, no acompañamiento

Muchas personas llegan a consulta esperando que el/la psicólogo/a les diga exactamente qué hacer. Pero el papel del profesional no es decidir por ti, sino ayudarte a descubrir tus propias respuestas, fortalecer tus recursos y acompañarte en el proceso.

Entonces, ¿qué puedo hacer si sigo sintiéndome mal?

Desde Centro Vitaria Psicología & Sexología Jerez os damos algunas recomendaciones prácticas para navegar en esta etapa:

1. Dale tiempo al proceso

No te juzgues por no mejorar de inmediato. A veces el solo hecho de hablar ya es un avance enorme. La sanación no es lineal: habrá días buenos y otros más difíciles, y eso está bien.

2. Sé constante

Si solo fuiste una vez o dos, considera volver. Dale una oportunidad real al proceso terapéutico. La mayoría de los cambios importantes ocurren cuando la terapia es sostenida.

3. Habla con tu psicólogo/a

Si no te sientes cómodo con la dirección que está tomando la terapia, dilo. La relación psicólogo/a debe ser un espacio seguro donde puedas expresar dudas, miedos o incomodidades.

4. Cuida lo que haces entre sesiones

La terapia es una hora a la semana, pero el resto del tiempo también cuenta. Dormir bien, moverte, conectar con personas que te hacen bien y evitar situaciones que te dañan son formas de apoyarte emocionalmente.

5. No te rindas

Buscar ayuda ya es un acto de valentía. Si una experiencia no fue la adecuada, sigue buscando. Existen muchos enfoques, profesionales y maneras de acompañarte. No estás solo/a en esto.

Sentirse mal incluso después de ir al psicólogo/a no significa que estás fallando, ni que la terapia no sirve. Significa que estás en proceso. Y como todo proceso real, necesita tiempo, trabajo y compasión contigo mismo/a.

No se trata de llegar rápido, sino de llegar bien.